La encuesta sobre la manera en la que losmedios lanzan la información en la actualidad, surgió de la preocupación por la
desinformación, la indiferencia y el desinterés de la gente por conocer la
actualidad.
Cada vez el periodismo se reduce más al
sensacionalismo, a la noticia sangrienta, al párrafo parcializado, lleno de
opinión no fundamentada. Hablando no sólo de medios impresos, sino medios como
la radio, la televisión, incluso internet.
Con las elecciones de este año se evidenció
la falta de periodismo en el periodismo, la falta de profesionalidad en los
periodistas que moderaron y participaron de los debates; la falta de memoria
histórica en las preguntas; y la ausencia completa de crítica en los medios
oficiales para brindar artículos que realmente dieran una luz sobre la realidad
de los candidatos, sobre las necesidades de nuestro país, y sobre los
antecedentes de cada uno de los partidos.
La inquietud parte de la pregunta de si esta
falta de interés del público en la política, en
el conflicto, en la realidad, surge de la mala manera en que los medios
informan, de la mala información, de la parcialización, y de la falta de
verdad; o si simplemente esta indiferencia es un mal aislado de los medios.
Se encuesto a 21 personas; 12 mujeres y 9
hombres. Un 72% entre los 19 y los 24
años de edad; y un 52% estudiantes de pregrado. Dos respuestas absolutamente
contundentes sobre la actualidad. 1. ¿Le interesa a actualidad? Todos respondieron
sí. 2. ¿Cree que los medios colombianos están haciendo un buen trabajo
reflejando la realidad? Todos respondieron ‘no’.
Estás dos respuestas van dando una visión
sobre lo que necesita la sociedad, sobre la verdad que están pidiendo, pero que
los medios no les están proporcionando. Existe un verdadero interés en lo que
ocurre, en la actualidad, en el conflicto, en la política, sin embargo, se sabe
que hay tanta corrupción y los medios están tan corporativizados, que realmente
no se puede confiar. Entre los temas que más se interesan las personas según la
encuesta se encuentran política y conflicto con un 16%; Música con un 14%, y
cine con un 13%; seguidos de deportes un 11% y literatura un 9%; economía un 8%
y farándula y salud un 6%.
La gente está interesada en la dura realidad
colombiana, no sólo en el entretenimiento, sino en esa parte que es tan
importante ver, pero que mucha gente ignora, por culpa de los medios, por falta
de educación, por culpa de un estado débil.
La gente necesita información dada con más
crítica, más completa, más contrastada, mejor estructurada, y como decía
Einstein: Creativa. El 81% de los encuestados piensan que la información no es del
todo crítica; el 90% piensa que no es muy completa; el 100% que no está o
podría ser mejor contrastada; el 76% que le falta una buena estructura y lo más
preocupante, el 80% piensa que le falta o no tiene nada de creatividad en la
manera en la que se publica. Estos porcentajes son oscuros, pues la gente no
confía en los medios, se da cuenta de la corrupción que hay, de la mediocridad,
y puede preferir buscar otras alternativas para estar informado, o en el peor
de los casos, prefiere mantenerse a raya de la realidad antes que ser engañado
por los medios.
Mucha gente está empezando a buscar formas
alternativas para conocer la actualidad, las noticias y empezar a ser más participativos
en la sociedad, más del 20% de los encuestados busca medios alternativos online
o impresos, como bogs, medios comunitarios, periódicos independientes, para
conocer la realidad, y dar una mirada diferente
a la que los medios oficiales proporcionan. Y precisamente internet está
siendo una de las herramientas que se torna protagonista en un posible cambio
del periodismo; pues da mucha libertad de opinión, de censura, de
autoregulación, y mucha gente está acudiendo a internet para conocer la
actualidad, según la encuesta: 50% de las personas se informan por internet.
Y esta cifra irá en aumento, pues las
ventajas de internet son inmensas, aunque también implican más rigurosidad y un
desafío en la búsqueda de la verdad.
Nos enfrentamos a muchos desafíos en este
país, y en el mundo en general. Y la responsabilidad que tenemos los
periodistas y los medios para educar a la sociedad y mostrarle eso que los
altos poderes no quieren que vean, y contarles las verdades que los hagan más
libres es nuestro deber, pues como lo dijeron los resultados de la encuesta, a
la gente sí le importa, pero está cansada de la manera en que se le informa.
Alternativas
En la encuesta se encontraron respuestas
sobre lo que le falta a las noticias en la actualidad. Muchos piden más
contraste, más creatividad, más dinamismo. “Cambiaría la manera de presentar
las noticias, no se trata solo del amarillismo, se trata de la
contextualización de ser objetivos y de tratar de involucrar a las personas
dentro de las noticias, no ponerlas ajenas a las noticias”, “Algo más dinámico
y creativo”, “Sería interesante nuevas
formas de noticias, si no es posible podrían buscarse métodos comunicativos que
no sean los tradicionales, buscar por medio de la sátira o crítica hacer
visibles las problemáticas que tratan dichas noticias.”
Muchos también se dan cuenta de que desde los
medios se puede hacer un cambio social, y es importante, desde la reforma de la
manera en que se escribe, en que se cuenta, empezar a fomentar ese cambio
social “Cambiar y re-estructurar el discurso en el que se dan las noticias para
crear un deseo de cambio”, “Propagandas medioambientalistas y campañas de concientización”,
“Noticias en las que se propongan soluciones a todos los problemas que hay en
el país”, “más noticias positivas y propositivas que generen cambio”.
La verdad es crucial, y como se dijo
anteriormente, a los medios por la ansia de poder, de dinero, y los convenios,
mejor llamados corrupción, están cayendo en la información parcializada, en la
publicidad, en el engaño, en la tergiversación intencional de la información,
en la manipulación, y la tayolirización, muchas propuestas de los encuestados
van hacia ese punto: “Me gustaría que las noticias fueran honestas, que
mostraran la realidad y no maquillaran las cosas”, “Que fueran investigaciones
más profundas”, “Más objetividad, neutralidad y menos protagonismo de los
medios y más de las víctimas”.
Precisamente en un país que se enfrenta al
conflicto armado interno, y a la posibilidad de comenzar un proceso
pos-conflicto, se requiere mucha verdad, mucha memoria histórica, muchos
espacios para las víctimas, mucha más participación y mediación crítica y
consciente. Los medios tienen un papel esencial en la re-construcción social,
pues son los que por medio de la información crean opinión pública, promueven
la paz, la tolerancia, y educan para recuperar ese tejido social. Son los
medios de comunicación una de las partes más fundamentales de la democracia,
pues permiten la información, y la participación civil; es por eso que al final
se le preguntó a los encuestados sobre el papel de los medios en la
participación ciudadana.
Muchos coincidieron en que los medios
deberían ser facilitadores de espacios de discusión civil, con un componente
profesional en el que la información e investigación pueda mediar las opiniones
de la gente. Hubo propuestas de “conferencias y charlas”, “Un lugar donde en
verdad se escuchen las opiniones del pueblo, donde as personas se puedan
expresar sin censura ante la realidad colombiana”, “Debates en donde puedan
participar todos y hacer propuestas”, “espacios en los noticieros con secciones
que estén encargadas de diferentes tipos de ciudadanos”, “encuestas que se
respondan por internet o mensajes de texto, me parece buena alternativa”.
Finalmente, la creación de crítica en la
sociedad es un trabajo que se debe realizar en conjunto, desde la academia,
hasta los medios, desde la familia, hasta el estado; sin embargo en un país en
el que vivimos con un sistema de justicia tan disminuido, con una economía tan
desigual, guerra, corrupción y con alto índice de criminalidad, los medios
deben empezar a hacer el cambio, a decir la verdad, a contar las historias que
no se cuentan, y e sembrar la duda en la gente. Porque el cambio nace del
cuestionamiento de si el sistema en el que vivimos es correcto y de si es posible
algo mejor. Así que un último comentario que se hizo en la encuesta que
considero muy acertado: “Creo que si se involucra a las personas por el discurso
en el que dan los medios, la gente por iniciativa propia se involucrará y participara
más activamente de ellos.” (respuestas y estadísticas de la encuesta)
EL CAMINO DEL
PERIODISTA
“He querido bajar a las fosas que la sociedad
emplea para desembarazarse de lo que la amenaza o de lo que no es capaz de
alimentar. Mirar lo que ya nadie quiere mirar. Juzgar la cosa juzgada… Prestar
una voz por débil que fuese, a quienes no tenían derecho a hablar”, Albert
Londres lo escribió en 1927 y hasta hoy mantiene su vigencia en el mundo
periodístico, esas palabras se han convertido en credo y sentido de la
profesión.
Londres en su tiempo murió rescatando sus
cuadernos de notas de un incendio, murió tal vez en su ley, salvando algo en lo
que creía, y ahora se presenta como un ejemplo de lo que implica ser
periodista, más allá de un oficio o profesión, más allá de una carrera o un
medio para ‘ganarse’ la vida, el periodismo es una vocación e incluso misión de
vida, que así como la medicina, el derecho y la educación, trae una
responsabilidad inmensa, ayudar a los demás.
Guerras, enfermedades, romance, aventuras,
economía, historia; nuestra civilización está construida sobre el lenguaje,
sobre la posibilidad de comunicación y la preservación del conocimiento. La
evolución es, de hecho, un proceso que no sería posible sin la memoria y la
experiencia, y por esto, las historias se convierten en un elemento
indispensable en el desarrollo de nosotros como seres humanos y como sociedad.
Así, los encargados de preservar esas historias, de contarlas, de escribirlas,
son quienes escriben el futuro y por esta ola de la globalización, escriben el
presente. ¿De qué sirve hallar la cura del sarampión si no hay memoria para
recordarla?, “el sujeto del discurso literario no se dirige a nadie, mucho
menos a un público particular: habla para toda la humanidad y para todos los
tiempos” Juan José Hoyos, pág. 75.
Descrito por Juan José Hoyos, el periodista
debe tener presente su rol, no sólo en tiempo en el que vive, sino en el legado
que dejará a futuras generaciones, y esta consciencia de su misión lo debe
llevar por el camino hacia la búsqueda de “contar historias con una
subjetividad honesta, bien intencionada, puesta al servicio de la verdad, pero
subjetividad al fin y al cabo”, hacia una entrega total al mundo “yendo al
mundo con el corazón abierto, con inocencia” y citando las enseñanzas de Copey
“siendo fiel a las propias emociones, vertiéndolas en el mejor idioma posible,
enfrentando la realidad con un amor a la honestidad intelectual, por la
limpieza del alma, permitiéndose ver las cosas del mundo como si se hiciera por
primera vez.”
Las primeras impresiones de las palabras de
estos hombres pueden parecer casi como un credo de vida, una opción de existencia,
pero ¿qué es el periodismo si no una manera de vivir? Al parecer esa es la
falla del periodismo en la actualidad, enfermo de corrupción, mentiras,
codicia, ambición, cobardía, pereza, falto de amor y pasión por quienes lo
practican. Parece que la academia se está centrando demasiado en enseñar
ortografía, gramática, dicción, datos y teorías, y está olvidando enseñar la
sustancia dentro de la profesión. Es como si los propios maestros estuvieran
olvidando la historia que ellos mismos enseñan, más allá de los nombres y los
estilos, de las corrientes y empresas, el camino que se ha recorrido; pues
estos errores ya se han cometido antes.
Pulitzer lo descubrió en su tiempo, y aceptó
el cambio que venía, de un periodismo enteramente informativo a un periodismo
más narrativo, de la noticia a la historia, de la información a la
significación de esta. Stanley, seguido por Gay Talese, Tom Wolfe, Jimmy
Breslin, Hershey, Mitchell, entre otros, entendieron la necesidad de la
sociedad “la gente quiere noticias pero no puede vivir sin historias”
(Stanley), y fue finalmente Capote quien llegó “al reencuentro feliz del
periodismo y la literatura” al escribir una novela de no ficción, género que
antes ya había logrado Defoe, con menos precisión periodística, pero en esencia,
igual. Ambos escritores obedeciendo a la curiosidad de la humanidad, y la
propia “el periodista es aquel que vive fascinado con el espectáculo del mundo,
aún en momentos en que los hechos parecen sobrecogedores o la realidad
peligrosa” (William Ospina)
Es a esa necesidad del mundo a la que debe
responder el periodista, la necesidad de progresar y escribir sobre lo que
necesita ser contado, sobre lo que nadie ve, sobre lo que nadie quiere ver,
sobre lo que no se nos es permitido ver, sobre lo que nos mienten, sobre lo que
nos duele, sobre lo que nos inspira, sobre lo que nos alegra. Con el ‘nuevo
periodismo’ y el surgimiento de los ‘muck-rackers’ en el siglo XX se hace claro
que es a partir de la verdad que se producen cambios sociales “Gente como Breslin,
como Seymour Hersh y Michael Herr, fue la que dio la batalla más violenta
contra la guerra de Vietnam. El pueblo norteamericano y el resto del mundo se
enteraron de las atrocidades que cometieron los soldados estadounidenses por
los reportajes que ellos escribieron. No por los comentarios editoriales
opuestos a la guerra de los grandes diarios metropolitanos (…) Los reporteros
que hicieron estos relatos marcharon al frente con los soldados. Después
volvieron y contaron la historia. Su voz de escritores brotó de la experiencia.
De este modo inyectaron nueva vida al poder maravilloso del relato, y hallaron
en el reportaje moderno su mejor medio de expresión” (Juan José Hoyos)
Fueron los periodistas con sus historias
quienes construyeron ese canal que permitió al mundo comprender, es entonces el
periodismo el medio que nos une como humanidad en causas buenas, para mejorar,
para evolucionar, para progresar; lamentablemente es también un canal por el
que se pueden filtrar mentiras y engaños que resultan terriblemente dañinos.
Cuando la verdad deja de ser un lema y los intereses propios pasan a ser
prioridad, el mensaje es trágicamente maligno y puede causar una guerra,
destrucción, sufrimiento, igual que la tecnología nuclear, en manos perversas
puede significar caos, extinción. Hoyos dice “la verdad es sinónimo de
libertad”, y para el periodista debe ser premisa, premisa que parece en
nuestros tiempos es subestimada y violada sistemáticamente.
Los tiempos en los que vivimos requieren una
nueva generación de periodismo, que llegué valiente a abrir, por medio de la
narración de la verdad, los ojos de masas y masas de seres humanos que
permanecen cegados e indiferentes a una realidad corrupta, llena de sufrimiento
y sometimiento. Una nueva generación que como escribió Cortázar “trabaje con un
material que posea la propiedad de irradiar algo más allá de sí mismo, al punto
que hasta los episodios más vulgares o domésticos se conviertan en un resume
implacable de una cierta condición humana o en un ‘símbolo quemante de un orden
social e histórico’”. El mundo necesita respirar y detenerse a leer una
realidad “que nunca acaba de cambiar y que ofrece muchas caras” (Juan J.
Hoyos), es necesario retornar a maestros como Copey que llevan a sus
estudiantes a “aprender cómo ver la belleza oculta del mundo visible” (John
Reed) y Talese que con sus enseñanzas sobre la importancia de la escucha, de la
paciencia, de la descripción, nos lleva derecho hacia la generación de un
cambio social por medio de la escritura.
Frente al cuestionamiento que Tomás Eloy se
hace “¿Qué hizo suponer a muchos empresarios inteligentes que, para enfrentar
el avance de la televisión y del internet, era preciso dar noticias en forma de
píldoras porque la gente no tenía tiempo para leerlas?” La respuesta ya se dio
hace tiempo, cuando los periodistas salieron a las calles, armados con instinto
y sin temor, a investigar y ‘escarbar’, en búsqueda de algo que salvara a la
gente de la rutina, de la indiferencia, de la guerra; ahora leyendo a estos maestros tal vez como
periodistas podamos re-encontrar la esencia y empezar a construir un nuevo
camino que preservando valores del pasado y aprendiendo de errores de nuestros
predecesores nos lleve hacia un periodismo auténtico en el que ‘vibrar con el
tema’ sea indispensable. Un periodismo lleno de pasión, de ‘inmersión’, de
detalles, de verdad, pues estamos escribiendo la historia, estamos escribiendo
el futuro y no hay mucho tiempo para empezar a cambiar las cosas, hay que
hacer. “Debe ser horrible morir entre sábanas, y si Dios quiere a mí no me
ocurrirá.” Ambrose Gwinet Bierce