lunes, 26 de mayo de 2014

La actualidad de los medios


La encuesta sobre la manera en la que losmedios lanzan la información en la actualidad, surgió de la preocupación por la desinformación, la indiferencia y el desinterés de la gente por conocer la actualidad.
Cada vez el periodismo se reduce más al sensacionalismo, a la noticia sangrienta, al párrafo parcializado, lleno de opinión no fundamentada. Hablando no sólo de medios impresos, sino medios como la radio, la televisión, incluso internet.
Con las elecciones de este año se evidenció la falta de periodismo en el periodismo, la falta de profesionalidad en los periodistas que moderaron y participaron de los debates; la falta de memoria histórica en las preguntas; y la ausencia completa de crítica en los medios oficiales para brindar artículos que realmente dieran una luz sobre la realidad de los candidatos, sobre las necesidades de nuestro país, y sobre los antecedentes de cada uno de los partidos.
La inquietud parte de la pregunta de si esta falta de interés del público en la política, en  el conflicto, en la realidad, surge de la mala manera en que los medios informan, de la mala información, de la parcialización, y de la falta de verdad; o si simplemente esta indiferencia es un mal aislado de los medios.
Se encuesto a 21 personas; 12 mujeres y 9 hombres.  Un 72% entre los 19 y los 24 años de edad; y un 52% estudiantes de pregrado. Dos respuestas absolutamente contundentes sobre la actualidad. 1. ¿Le interesa a actualidad? Todos respondieron sí. 2. ¿Cree que los medios colombianos están haciendo un buen trabajo reflejando la realidad? Todos respondieron ‘no’.
Estás dos respuestas van dando una visión sobre lo que necesita la sociedad, sobre la verdad que están pidiendo, pero que los medios no les están proporcionando. Existe un verdadero interés en lo que ocurre, en la actualidad, en el conflicto, en la política, sin embargo, se sabe que hay tanta corrupción y los medios están tan corporativizados, que realmente no se puede confiar. Entre los temas que más se interesan las personas según la encuesta se encuentran política y conflicto con un 16%; Música con un 14%, y cine con un 13%; seguidos de deportes un 11% y literatura un 9%; economía un 8% y farándula y salud un 6%.
La gente está interesada en la dura realidad colombiana, no sólo en el entretenimiento, sino en esa parte que es tan importante ver, pero que mucha gente ignora, por culpa de los medios, por falta de educación, por culpa de un estado débil.
La gente necesita información dada con más crítica, más completa, más contrastada, mejor estructurada, y como decía Einstein: Creativa. El 81% de los encuestados piensan que la información no es del todo crítica; el 90% piensa que no es muy completa; el 100% que no está o podría ser mejor contrastada; el 76% que le falta una buena estructura y lo más preocupante, el 80% piensa que le falta o no tiene nada de creatividad en la manera en la que se publica. Estos porcentajes son oscuros, pues la gente no confía en los medios, se da cuenta de la corrupción que hay, de la mediocridad, y puede preferir buscar otras alternativas para estar informado, o en el peor de los casos, prefiere mantenerse a raya de la realidad antes que ser engañado por los medios.
Mucha gente está empezando a buscar formas alternativas para conocer la actualidad, las noticias y empezar a ser más participativos en la sociedad, más del 20% de los encuestados busca medios alternativos online o impresos, como bogs, medios comunitarios, periódicos independientes, para conocer la realidad, y dar una mirada diferente  a la que los medios oficiales proporcionan. Y precisamente internet está siendo una de las herramientas que se torna protagonista en un posible cambio del periodismo; pues da mucha libertad de opinión, de censura, de autoregulación, y mucha gente está acudiendo a internet para conocer la actualidad, según la encuesta: 50% de las personas se informan por internet.
Y esta cifra irá en aumento, pues las ventajas de internet son inmensas, aunque también implican más rigurosidad y un desafío en la búsqueda de la verdad.
Nos enfrentamos a muchos desafíos en este país, y en el mundo en general. Y la responsabilidad que tenemos los periodistas y los medios para educar a la sociedad y mostrarle eso que los altos poderes no quieren que vean, y contarles las verdades que los hagan más libres es nuestro deber, pues como lo dijeron los resultados de la encuesta, a la gente sí le importa, pero está cansada de la manera en que se le informa.
Alternativas
En la encuesta se encontraron respuestas sobre lo que le falta a las noticias en la actualidad. Muchos piden más contraste, más creatividad, más dinamismo. “Cambiaría la manera de presentar las noticias, no se trata solo del amarillismo, se trata de la contextualización de ser objetivos y de tratar de involucrar a las personas dentro de las noticias, no ponerlas ajenas a las noticias”, “Algo más dinámico y creativo”,  “Sería interesante nuevas formas de noticias, si no es posible podrían buscarse métodos comunicativos que no sean los tradicionales, buscar por medio de la sátira o crítica hacer visibles las problemáticas que tratan dichas noticias.”
Muchos también se dan cuenta de que desde los medios se puede hacer un cambio social, y es importante, desde la reforma de la manera en que se escribe, en que se cuenta, empezar a fomentar ese cambio social “Cambiar y re-estructurar el discurso en el que se dan las noticias para crear un deseo de cambio”, “Propagandas medioambientalistas y campañas de concientización”, “Noticias en las que se propongan soluciones a todos los problemas que hay en el país”, “más noticias positivas y propositivas que generen cambio”.
La verdad es crucial, y como se dijo anteriormente, a los medios por la ansia de poder, de dinero, y los convenios, mejor llamados corrupción, están cayendo en la información parcializada, en la publicidad, en el engaño, en la tergiversación intencional de la información, en la manipulación, y la tayolirización, muchas propuestas de los encuestados van hacia ese punto: “Me gustaría que las noticias fueran honestas, que mostraran la realidad y no maquillaran las cosas”, “Que fueran investigaciones más profundas”, “Más objetividad, neutralidad y menos protagonismo de los medios y más de las víctimas”.
Precisamente en un país que se enfrenta al conflicto armado interno, y a la posibilidad de comenzar un proceso pos-conflicto, se requiere mucha verdad, mucha memoria histórica, muchos espacios para las víctimas, mucha más participación y mediación crítica y consciente. Los medios tienen un papel esencial en la re-construcción social, pues son los que por medio de la información crean opinión pública, promueven la paz, la tolerancia, y educan para recuperar ese tejido social. Son los medios de comunicación una de las partes más fundamentales de la democracia, pues permiten la información, y la participación civil; es por eso que al final se le preguntó a los encuestados sobre el papel de los medios en la participación ciudadana.
Muchos coincidieron en que los medios deberían ser facilitadores de espacios de discusión civil, con un componente profesional en el que la información e investigación pueda mediar las opiniones de la gente. Hubo propuestas de “conferencias y charlas”, “Un lugar donde en verdad se escuchen las opiniones del pueblo, donde as personas se puedan expresar sin censura ante la realidad colombiana”, “Debates en donde puedan participar todos y hacer propuestas”, “espacios en los noticieros con secciones que estén encargadas de diferentes tipos de ciudadanos”, “encuestas que se respondan por internet o mensajes de texto, me parece buena alternativa”.
Finalmente, la creación de crítica en la sociedad es un trabajo que se debe realizar en conjunto, desde la academia, hasta los medios, desde la familia, hasta el estado; sin embargo en un país en el que vivimos con un sistema de justicia tan disminuido, con una economía tan desigual, guerra, corrupción y con alto índice de criminalidad, los medios deben empezar a hacer el cambio, a decir la verdad, a contar las historias que no se cuentan, y e sembrar la duda en la gente. Porque el cambio nace del cuestionamiento de si el sistema en el que vivimos es correcto y de si es posible algo mejor. Así que un último comentario que se hizo en la encuesta que considero muy acertado: “Creo que si se involucra a las personas por el discurso en el que dan los medios, la gente por iniciativa propia se involucrará y participara más activamente de ellos.” (respuestas y estadísticas de la encuesta) 

EL CAMINO DEL PERIODISTA
“He querido bajar a las fosas que la sociedad emplea para desembarazarse de lo que la amenaza o de lo que no es capaz de alimentar. Mirar lo que ya nadie quiere mirar. Juzgar la cosa juzgada… Prestar una voz por débil que fuese, a quienes no tenían derecho a hablar”, Albert Londres lo escribió en 1927 y hasta hoy mantiene su vigencia en el mundo periodístico, esas palabras se han convertido en credo y sentido de la profesión.
Londres en su tiempo murió rescatando sus cuadernos de notas de un incendio, murió tal vez en su ley, salvando algo en lo que creía, y ahora se presenta como un ejemplo de lo que implica ser periodista, más allá de un oficio o profesión, más allá de una carrera o un medio para ‘ganarse’ la vida, el periodismo es una vocación e incluso misión de vida, que así como la medicina, el derecho y la educación, trae una responsabilidad inmensa, ayudar a los demás.
Guerras, enfermedades, romance, aventuras, economía, historia; nuestra civilización está construida sobre el lenguaje, sobre la posibilidad de comunicación y la preservación del conocimiento. La evolución es, de hecho, un proceso que no sería posible sin la memoria y la experiencia, y por esto, las historias se convierten en un elemento indispensable en el desarrollo de nosotros como seres humanos y como sociedad. Así, los encargados de preservar esas historias, de contarlas, de escribirlas, son quienes escriben el futuro y por esta ola de la globalización, escriben el presente. ¿De qué sirve hallar la cura del sarampión si no hay memoria para recordarla?, “el sujeto del discurso literario no se dirige a nadie, mucho menos a un público particular: habla para toda la humanidad y para todos los tiempos” Juan José Hoyos, pág. 75.
Descrito por Juan José Hoyos, el periodista debe tener presente su rol, no sólo en tiempo en el que vive, sino en el legado que dejará a futuras generaciones, y esta consciencia de su misión lo debe llevar por el camino hacia la búsqueda de “contar historias con una subjetividad honesta, bien intencionada, puesta al servicio de la verdad, pero subjetividad al fin y al cabo”, hacia una entrega total al mundo “yendo al mundo con el corazón abierto, con inocencia” y citando las enseñanzas de Copey “siendo fiel a las propias emociones, vertiéndolas en el mejor idioma posible, enfrentando la realidad con un amor a la honestidad intelectual, por la limpieza del alma, permitiéndose ver las cosas del mundo como si se hiciera por primera vez.”
Las primeras impresiones de las palabras de estos hombres pueden parecer casi como un credo de vida, una opción de existencia, pero ¿qué es el periodismo si no una manera de vivir? Al parecer esa es la falla del periodismo en la actualidad, enfermo de corrupción, mentiras, codicia, ambición, cobardía, pereza, falto de amor y pasión por quienes lo practican. Parece que la academia se está centrando demasiado en enseñar ortografía, gramática, dicción, datos y teorías, y está olvidando enseñar la sustancia dentro de la profesión. Es como si los propios maestros estuvieran olvidando la historia que ellos mismos enseñan, más allá de los nombres y los estilos, de las corrientes y empresas, el camino que se ha recorrido; pues estos errores ya se han cometido antes.
Pulitzer lo descubrió en su tiempo, y aceptó el cambio que venía, de un periodismo enteramente informativo a un periodismo más narrativo, de la noticia a la historia, de la información a la significación de esta. Stanley, seguido por Gay Talese, Tom Wolfe, Jimmy Breslin, Hershey, Mitchell, entre otros, entendieron la necesidad de la sociedad “la gente quiere noticias pero no puede vivir sin historias” (Stanley), y fue finalmente Capote quien llegó “al reencuentro feliz del periodismo y la literatura” al escribir una novela de no ficción, género que antes ya había logrado Defoe, con menos precisión periodística, pero en esencia, igual. Ambos escritores obedeciendo a la curiosidad de la humanidad, y la propia “el periodista es aquel que vive fascinado con el espectáculo del mundo, aún en momentos en que los hechos parecen sobrecogedores o la realidad peligrosa” (William Ospina)
Es a esa necesidad del mundo a la que debe responder el periodista, la necesidad de progresar y escribir sobre lo que necesita ser contado, sobre lo que nadie ve, sobre lo que nadie quiere ver, sobre lo que no se nos es permitido ver, sobre lo que nos mienten, sobre lo que nos duele, sobre lo que nos inspira, sobre lo que nos alegra. Con el ‘nuevo periodismo’ y el surgimiento de los ‘muck-rackers’ en el siglo XX se hace claro que es a partir de la verdad que se producen cambios sociales “Gente como Breslin, como Seymour Hersh y Michael Herr, fue la que dio la batalla más violenta contra la guerra de Vietnam. El pueblo norteamericano y el resto del mundo se enteraron de las atrocidades que cometieron los soldados estadounidenses por los reportajes que ellos escribieron. No por los comentarios editoriales opuestos a la guerra de los grandes diarios metropolitanos (…) Los reporteros que hicieron estos relatos marcharon al frente con los soldados. Después volvieron y contaron la historia. Su voz de escritores brotó de la experiencia. De este modo inyectaron nueva vida al poder maravilloso del relato, y hallaron en el reportaje moderno su mejor medio de expresión” (Juan José Hoyos)
Fueron los periodistas con sus historias quienes construyeron ese canal que permitió al mundo comprender, es entonces el periodismo el medio que nos une como humanidad en causas buenas, para mejorar, para evolucionar, para progresar; lamentablemente es también un canal por el que se pueden filtrar mentiras y engaños que resultan terriblemente dañinos. Cuando la verdad deja de ser un lema y los intereses propios pasan a ser prioridad, el mensaje es trágicamente maligno y puede causar una guerra, destrucción, sufrimiento, igual que la tecnología nuclear, en manos perversas puede significar caos, extinción. Hoyos dice “la verdad es sinónimo de libertad”, y para el periodista debe ser premisa, premisa que parece en nuestros tiempos es subestimada y violada sistemáticamente.
Los tiempos en los que vivimos requieren una nueva generación de periodismo, que llegué valiente a abrir, por medio de la narración de la verdad, los ojos de masas y masas de seres humanos que permanecen cegados e indiferentes a una realidad corrupta, llena de sufrimiento y sometimiento. Una nueva generación que como escribió Cortázar “trabaje con un material que posea la propiedad de irradiar algo más allá de sí mismo, al punto que hasta los episodios más vulgares o domésticos se conviertan en un resume implacable de una cierta condición humana o en un ‘símbolo quemante de un orden social e histórico’”. El mundo necesita respirar y detenerse a leer una realidad “que nunca acaba de cambiar y que ofrece muchas caras” (Juan J. Hoyos), es necesario retornar a maestros como Copey que llevan a sus estudiantes a “aprender cómo ver la belleza oculta del mundo visible” (John Reed) y Talese que con sus enseñanzas sobre la importancia de la escucha, de la paciencia, de la descripción, nos lleva derecho hacia la generación de un cambio social por medio de la escritura.
Frente al cuestionamiento que Tomás Eloy se hace “¿Qué hizo suponer a muchos empresarios inteligentes que, para enfrentar el avance de la televisión y del internet, era preciso dar noticias en forma de píldoras porque la gente no tenía tiempo para leerlas?” La respuesta ya se dio hace tiempo, cuando los periodistas salieron a las calles, armados con instinto y sin temor, a investigar y ‘escarbar’, en búsqueda de algo que salvara a la gente de la rutina, de la indiferencia, de la guerra;  ahora leyendo a estos maestros tal vez como periodistas podamos re-encontrar la esencia y empezar a construir un nuevo camino que preservando valores del pasado y aprendiendo de errores de nuestros predecesores nos lleve hacia un periodismo auténtico en el que ‘vibrar con el tema’ sea indispensable. Un periodismo lleno de pasión, de ‘inmersión’, de detalles, de verdad, pues estamos escribiendo la historia, estamos escribiendo el futuro y no hay mucho tiempo para empezar a cambiar las cosas, hay que hacer. “Debe ser horrible morir entre sábanas, y si Dios quiere a mí no me ocurrirá.” Ambrose Gwinet Bierce

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